
Manzana Informa
Septiembre 2018
LA ALERGIA PRIMAVERAL INFANTIL
Llega la primavera y con ella, las alergias. Cuando una persona padece alergia, su sistema inmunológico reacciona de forma desmesurada ante un agente externo que considera nocivo. Una de las principales causas de este tipo de reacciones son las plantas, el polen y el polvo, y este es el motivo por el que en primavera, con la polinización, hemos de tener mayor cuidado.
Durante la primavera, las plantas producen el polen y lo transmiten a la atmósfera. En ella se mezclan con todo tipo de sustancias químicas resultantes de la contaminación y crean compuestos complejos que el sistema inmunitario entiende como dañinos y reacciona ante ellos mediante diferentes síntomas.
Las plantas que más habitualmente producen este tipo de reacciones son el olivo, el ciprés, las gramíneas o el platanero.
El picor de nariz, la mucosidad o la tos, la rinitis, el enrojecimiento, la urticaria, el asma, la sensibilidad a la luz o la conjuntivitis son algunos de los síntomas más habituales de la alergia primaveral. Las reacciones más habituales durante esta época del año son las que afectan al sistema respiratorio o dermatológico.
Una dieta rica en antioxidantes y omega-3 ayuda a paliar los síntomas de la alergia, en este sentido se recomienda comer cinco raciones de fruta y verduras diarias, consumir de forma equilibrada grasa ácidas, el t{e verde, tomar productos probióticos como yogur. Por otro lado,se determina que la vitamina C es beneficiosa para las personas que sufren alergia al polen.
Algunas medidas a considerar:
Controlar las horas al aire libre. Especialmente durante la mañana y la noche, ya que son los momentos en los que más polen se acumula en el ambiente.
Es recomendable airear la casa a mediodía.
Cambiarse de ropa llegando a la casa.
Ducharse y lavarse el pelo en la noche.
La limpieza del hogar donde vive un niño alérgico no se debe barrer, sino aspirar diariamente y el polvo retirarlo con un paño húmedo y no seco.